NO


No te engañes, no te excedas, no te sobre exijas, no te desampares, no te tires a chanta.

Esa soy yo dándome consejos a medida que me voy despertando, me siento en la cama, bostezo, me estiro, meto los pies en las pantuflas, me paro (me cuesta), bostezo otra vez, voy al baño, me miro al espejo y me digo: no te engañes, no te excedas, no te sobre exijas, no te desampares, no te tires a chanta. Será un día largo.

Después de desayunar, me siento a escribir. Comienzo un nuevo capítulo con las siguientes palabras: “¡Que el nombre de este libro sea NO, porque no es no y este libro porta en su interior la misma oscuridad que palpita tras las puertas que han permanecido cerradas por siglos!” 

No me gusta para nada. Me levanto frustrada y me pongo a limpiar la casa.


Por la noche me arreglo y me voy a una fiesta. Bailo y bebo en demasía y, por desgracia, en cierto momento cae mi ex. No te engañes, no te excedas, no te sobre exijas, no te desampares, no te tires a chanta, me aconsejo, pero no me tomo en serio porque no me respeto ni me fío de mí.

Me voy de la fiesta tambaleándome antes de que mi ex note mi presencia, llego a casa mareada y descompuesta, pero de inmediato me pongo a escribir: 

“Convulsionadas mis vísceras, un centenar de confesiones quisiera lanzarte. Mas sé que, cuando por fin salgan, ya nada me quedará dentro y moriré todavía un poco más, aunque parezca imposible. Mecida únicamente de noche por las aguas de esta laguna estancada que soy, sólo cuando el corazón medita hundido en las insensatas y estereotipadas cavilaciones de la juventud, me acerco. Y estudio mi parte durante cada una de las edades todas de la vida mía, a la perfección. Me pregunto si acaso te recuerdo cada vez que mi estómago se estremece, o si es justamente al revés. Me pregunto si debería haber rechazado tu abrazo cada vez que se me apeteció fingido. Nunca me respeté un capricho, pero ya no quiero saber vos. NO. Tengo mis razones, y serán las más irracionales del mundo, pero son mías y son lo único que me queda, así que dejame de joder. Si por tu culpa ya no creo en el futuro y no confío en los recuerdos ni en los sueños. Ni siquiera confío ya en las manchas delatoras o las amargas cicatrices que me ha dejado nuestro vínculo, el de tu cuerpo sabio y titánico con mi cuerpo taciturno y nuclear. No sé bien qué pasó ni porqué, si no me lo merecía realmente o si me lo busqué. Sólo sé que no es no y cerraré esta puerta por siglos. No te engañes, no te excedas, no te sobre exijas, no te desampares, no te tires a chanta. No sabés nada de mí”, me digo a mí misma y vomito sobre el teclado.



Marina Melantoni © Todos los derechos reservados.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

RENI DI, EL INCLUSIVO

TOUCH ME (AHORA QUE ESTAMOS SOLXS)

LA MISMA COSA